En mi existencia no hay nada de lo que esté segura. Excepto una sola cosa: mi amistad con los libros me salvó de muchos obstáculos, enemigos y realidades dolorosas.
Entre los obstáculos estaba mi ineptitud para relacionarme con los demás a un ritmo relativamente normal. Digamos que para cuando yo admitía que una persona era de confianza, como para ser su amiga, el tiempo se llevaba toda posibilidad, y el maldito se olvidaba de llevarse también los recuerdos. Resultado: Yo, sola con mis remordimientos, pero a la vez acompañada de esa vocecita que me recitaba la eterna letanía del “Por algo será”. Yo, aduciendo un sinnúmero de quizás y tal vez que no hacían más que engañarme con el motivo de protegerme de la realidad: “estás sola porque así lo quieres”.
Los libros me salvaron de mis enemigos, entre los cuales me encontraba yo misma. Y para qué ahondar en esta ultima declaración cuando el párrafo anterior ya les dibuja el panorama de lo que quise decir.
Entre las palabras, los capítulos y las historias me pude lavar la amargura que amenazaba con llevarse la poca luz que quedaba dentro de mí.
Por eso y más voy a dedicar este espacio para compartir mis vivencias entre letras. Publicaré aquellas obras de la literatura contemporánea y clásica en la espera de que también puedan ayudarlos a ustedes como lo hicieron conmigo.
Hasta pronto,
J.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario